Roma abrasada es un elogio al fuego y a su capacidad renovadora, es la pequeña esperanza que sobrevive en el cuerpo de un emperador maltratado por la historia, es la chispa que se propaga por la cuna de la civilización occidental para reducirla a cenizas, con el anhelo de que una nueva ciudad utópica y sin nombre pueda nacer, ¿de qué sirve una ciudad en llamas si sólo la miramos desde la distancia? Un espectáculo con dramaturgia de Cristina Simón Alcaine y dirección de Gabriela Zaldívar.