Es la primera vez que voy a ver un espectáculo para bebés, con mi hijo de 12 meses. Siempre he creído que la formación de públicos, y sobre todo la de los más pequeños, tiene que pasar por la participación activa del espectador. Para entender el hecho escénico, primero hay que vivir y entender el teatro por dentro. El papel del espectador pasivo, sentado en la butaca, a oscuras y en silencio, ya vendrá más adelante. Primero hay que disfrutar el teatro de primera mano e, incluso, tomarse el privilegio, por ser muy joven, de pasear tranquilamente a cuatro patas por el escenario. Mi hijo conectó desde el minuto 0. Y experimentó, por primera vez, los elementos más importantes del […]