Vientos que nos barrerán

Vientos que nos barrerán

Vientos que nos barrerán es una polifonía donde las distancias geográficas y las personas pierden sus coordenadas habituales: no existe el tiempo para narrar esta historia, y escenas de aquí, del presente, se entremezclan con momentos vividos.

La madre se vuelve tangible y protagoniza situaciones olvidadas ofreciendo a sus testigos nuevos datos que reinterpretar. Tita habla con el espectador, se convierte en una analista que dirige la búsqueda incansable de su madre.

Sinopsis

Julia no tiene Alzheimer, no tiene una enfermedad terminal, tampoco ha ganado un premio millonario, ni siente la necesidad de huir por algo o por alguien.  Lo asombroso de su desaparición es que no existen motivos conocidos que la hayan empujado a disolverse.  Sin embargo lo ha hecho. Sin avisar, sin dejar rastro alguno.  Sólo unos tuppers de comida cocinada por ella misma colocados estratégicamente en la nevera son la prueba definitiva de que su marcha ha sido voluntaria.  Ha dejado preparados los platos favoritos de su familia como si con la liturgia de comerlos se acercaran un poco más al tiempo de su regreso o todo lo contrario, al de su desaparición definitiva.  Julia sabe que su marcha hará volver a su hija a la casa familiar donde los recuerdos esperan.  Allí, quizás, se esconden todas las pistas que una vez fueron.  Sólo hay que saber mirar.

La búsqueda de alguien comienza con el ejercicio–a veces inútil–, de intentar entender quién era realmente.  Así, como si se tratara del esbozo de una biografía llena de recovecos, Pablo y Tita, marido e hija, inician una búsqueda que profundiza en la intimidad de la desaparecida.  Contemplan con precisión de espías álbumes familiares, fotografías del pasado llenas de personajes secundarios que adquieren relevancia inesperada, reinterpretan los años dichosos y los dolorosos, chequean sus emails, sus cuentas en las redes sociales, sus cartas…pervierten su intimidad hasta llegar al límite para encontrar la clave de su paradero.

Duración:
Idioma:
Castellano
Sinopsis

Julia no tiene Alzheimer, no tiene una enfermedad terminal, tampoco ha ganado un premio millonario, ni siente la necesidad de huir por algo o por alguien.  Lo asombroso de su desaparición es que no existen motivos conocidos que la hayan empujado a disolverse.  Sin embargo lo ha hecho. Sin avisar, sin dejar rastro alguno.  Sólo unos tuppers de comida cocinada por ella misma colocados estratégicamente en la nevera son la prueba definitiva de que su marcha ha sido voluntaria.  Ha dejado preparados los platos favoritos de su familia como si con la liturgia de comerlos se acercaran un poco más al tiempo de su regreso o todo lo contrario, al de su desaparición definitiva.  Julia sabe que su marcha hará volver a su hija a la casa familiar donde los recuerdos esperan.  Allí, quizás, se esconden todas las pistas que una vez fueron.  Sólo hay que saber mirar.

La búsqueda de alguien comienza con el ejercicio–a veces inútil–, de intentar entender quién era realmente.  Así, como si se tratara del esbozo de una biografía llena de recovecos, Pablo y Tita, marido e hija, inician una búsqueda que profundiza en la intimidad de la desaparecida.  Contemplan con precisión de espías álbumes familiares, fotografías del pasado llenas de personajes secundarios que adquieren relevancia inesperada, reinterpretan los años dichosos y los dolorosos, chequean sus emails, sus cuentas en las redes sociales, sus cartas…pervierten su intimidad hasta llegar al límite para encontrar la clave de su paradero.

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