Alberto Cortés: Apertura de proceso: actos 1 y 2

Alberto Cortés: Apertura de proceso: actos 1 y 2

Con Apertura de proceso: actos 1 y 2, el creador malagueño abre a la mirada externa y ajena un nuevo proceso de creación que culminará en 2024.

Sinopsis

No vamos a ver una obra terminada, sino una oportunidad “a medio camino entre lo que se conversa y lo que se performa, ni obra ni conferencia, más bien una forma de hacer que sea sentir en voz alta”, dice Alberto en un breve texto que nos envió junto al famoso cuadro de Caspar David Friedrich El caminante sobre un mar de nubes. ¿Qué está tramando? Bueno, otras veces ha hecho algo parecido, ha dejado ver partes de sus creaciones antes de terminarlas. Pero este acto de apertura parece distinto y yo quería saber más, así que le llamé.

Álvaro Vicente. Oye, me encanta el texto que nos has pasado, pero me gustaría ampliar un poco. ¿Qué te propones con esta apertura de proceso?

Alberto Cortés. Bueno, como es lógico, me gusta recibir el feedback, pero en el fondo también estoy buscando qué pasa conmigo desde dentro. Para mí son muy importantes estas aperturas de cara a entender la propia pieza, lo que estoy haciendo y lo que está pasando, y para eso necesito la mirada externa de alguien que se sienta enfrente y mira, porque el trabajo que yo hago dialoga mucho con el espectador, está muy abierto hacia el público, busca mucho los ojos del espectador, necesito esa mirada.

AV. Al principio de ese texto que nos has pasado dices: “estoy pensando en cómo construir un mito que sirva de aliento y cura a los abusos a los que nos sometemos en las relaciones de pareja”. Muy contundente, ¿no?

AC. Sí, sé que esa frase es como un disparo lleno de contenido, también porque llevo mucho tiempo trabajando en la mesa, en el concepto, en la lectura y en la escritura sobre todo, y al final intentas condensar las ideas de una forma clara. Estoy en un momento, Álvaro, que me cabrea un poco la idea de sinopsis. Para mí lo ideal sería que todo se pudiera contar con una frase, sin tanta teorización.

AV. ¿Pero la idea de construir un mito no es arrogarse un poder demasiado grande?

AC. Sí, claro, se trata de construir un mito a mí manera, la concepción de una mitología o una narración puede ser también muy escueta o muy básica, y el mito que estamos generando, el del fantasma Analphabet, me parecía un punto de partida muy naif, muy ingenuo, con el que empezar a construir algo, una leyenda alrededor de él, una narrativa.

AV. Hablas precisamente de “vislumbrar formas de un querer marica que no pongan de nuevo el sexo en el centro de la ecuación”. Quizás también en este terreno del querer marica hacen falta nuevas mitologías, o mitologías, sin más…

AC. Claro, de eso hablo precisamente, primero porque es un mito que viene a desmontar o a reflexionar sobre si el sistema “pareja” puede ser también una opresión; no teníamos mito antes de esa figura o lo teníamos pero no desde este punto de la fantasía, de la narración, del cuento. No es un alegato contra el sexo, ojo, es un alegato para que existan más cosas a parte de, o que exista otra forma de relacionarnos, o que el sexo no se convierta en una presión o en un abuso… Va de cómo poner los cuidados en el centro y no convertir el sexo en un motor que puede pasar por encima de cualquiera.

AV. Para imaginar esa nueva mitología, has necesitado mirar a los románticos alemanes y a la idiosincrasia andaluza. ¿Están más cerca de lo que pudiera parecer estos dos mundos?

AC. Hablo del movimiento romántico alemán de finales del siglo XVIII, principios del XIX, y muchos autores lo dicen: no hemos dejado de ser románticos. Y hay algo en la expresión del sentimiento romántico alemán y también algo en la expresión sentimental o emocional que ocurre muchas veces con lo sureño, con el sur al que pertenezco, de ciertos cantos, ciertas expresiones de desgarro, que no me parece que estén tan alejados a priori, no creo que sean incompatibles. Pero es verdad que todo este mundo de la literatura romántica alemana me empezó a interesar por esta cosa del destino, el paisaje, el viaje, cómo hacer para encontrar el lugar en el mundo, toda esta cosa tan dramática. La relación con la Naturaleza también, que está muy presente en la pieza, lo sublime, lo que te sobrepasa…

AV. ¿Y por qué le llamas Analphabet a este fantasma?

AC. Porque está relacionado con lo emocional y no con lo teórico, representa una necesidad de volver a lo que no tiene mucha lógica y mucha razón y a poner en valor algo que no pasa por la escritura. Y también he necesitado poner en valor cómo no justificar siempre la pareja desde un marco teórico, la pareja debe ser esto y no lo otro, todo lo que estamos generando ahora con el cómputo teórico de la pareja. Esta mitología viene a decir que, bueno, a lo mejor no hace falta tanta teoría, sino escuchar también, darle un valor, un hueco a todo lo que tiene que ver con la emocionalidad dentro de una pareja.

AV. “Entre lo que se conversa y lo que se performa, ni obra ni conferencia”…

AC. Sí, esto tengo pensado para Madrid, nunca lo he hecho. Me apetecía la idea de ir explicando y haciendo, exponer un poco más los lugares desde los que enfrento mi creación, entre lo hecho y lo dicho.

AV. Pues mira, igual reflejo esta conversación en vez de escribir un texto. ¿Quieres añadir algo más?

AC. Sí, que todo es un poco mentira, que no vengo a dar lecciones sobre el amor ni a regañar a nadie, que al final soy yo quien tiene la herida. Y, muy importante, que seguro estará conmigo en escena Luz Prado en la parte musical. Y ya.

Idioma:
Castellano
Sinopsis

No vamos a ver una obra terminada, sino una oportunidad “a medio camino entre lo que se conversa y lo que se performa, ni obra ni conferencia, más bien una forma de hacer que sea sentir en voz alta”, dice Alberto en un breve texto que nos envió junto al famoso cuadro de Caspar David Friedrich El caminante sobre un mar de nubes. ¿Qué está tramando? Bueno, otras veces ha hecho algo parecido, ha dejado ver partes de sus creaciones antes de terminarlas. Pero este acto de apertura parece distinto y yo quería saber más, así que le llamé.

Álvaro Vicente. Oye, me encanta el texto que nos has pasado, pero me gustaría ampliar un poco. ¿Qué te propones con esta apertura de proceso?

Alberto Cortés. Bueno, como es lógico, me gusta recibir el feedback, pero en el fondo también estoy buscando qué pasa conmigo desde dentro. Para mí son muy importantes estas aperturas de cara a entender la propia pieza, lo que estoy haciendo y lo que está pasando, y para eso necesito la mirada externa de alguien que se sienta enfrente y mira, porque el trabajo que yo hago dialoga mucho con el espectador, está muy abierto hacia el público, busca mucho los ojos del espectador, necesito esa mirada.

AV. Al principio de ese texto que nos has pasado dices: “estoy pensando en cómo construir un mito que sirva de aliento y cura a los abusos a los que nos sometemos en las relaciones de pareja”. Muy contundente, ¿no?

AC. Sí, sé que esa frase es como un disparo lleno de contenido, también porque llevo mucho tiempo trabajando en la mesa, en el concepto, en la lectura y en la escritura sobre todo, y al final intentas condensar las ideas de una forma clara. Estoy en un momento, Álvaro, que me cabrea un poco la idea de sinopsis. Para mí lo ideal sería que todo se pudiera contar con una frase, sin tanta teorización.

AV. ¿Pero la idea de construir un mito no es arrogarse un poder demasiado grande?

AC. Sí, claro, se trata de construir un mito a mí manera, la concepción de una mitología o una narración puede ser también muy escueta o muy básica, y el mito que estamos generando, el del fantasma Analphabet, me parecía un punto de partida muy naif, muy ingenuo, con el que empezar a construir algo, una leyenda alrededor de él, una narrativa.

AV. Hablas precisamente de “vislumbrar formas de un querer marica que no pongan de nuevo el sexo en el centro de la ecuación”. Quizás también en este terreno del querer marica hacen falta nuevas mitologías, o mitologías, sin más…

AC. Claro, de eso hablo precisamente, primero porque es un mito que viene a desmontar o a reflexionar sobre si el sistema “pareja” puede ser también una opresión; no teníamos mito antes de esa figura o lo teníamos pero no desde este punto de la fantasía, de la narración, del cuento. No es un alegato contra el sexo, ojo, es un alegato para que existan más cosas a parte de, o que exista otra forma de relacionarnos, o que el sexo no se convierta en una presión o en un abuso… Va de cómo poner los cuidados en el centro y no convertir el sexo en un motor que puede pasar por encima de cualquiera.

AV. Para imaginar esa nueva mitología, has necesitado mirar a los románticos alemanes y a la idiosincrasia andaluza. ¿Están más cerca de lo que pudiera parecer estos dos mundos?

AC. Hablo del movimiento romántico alemán de finales del siglo XVIII, principios del XIX, y muchos autores lo dicen: no hemos dejado de ser románticos. Y hay algo en la expresión del sentimiento romántico alemán y también algo en la expresión sentimental o emocional que ocurre muchas veces con lo sureño, con el sur al que pertenezco, de ciertos cantos, ciertas expresiones de desgarro, que no me parece que estén tan alejados a priori, no creo que sean incompatibles. Pero es verdad que todo este mundo de la literatura romántica alemana me empezó a interesar por esta cosa del destino, el paisaje, el viaje, cómo hacer para encontrar el lugar en el mundo, toda esta cosa tan dramática. La relación con la Naturaleza también, que está muy presente en la pieza, lo sublime, lo que te sobrepasa…

AV. ¿Y por qué le llamas Analphabet a este fantasma?

AC. Porque está relacionado con lo emocional y no con lo teórico, representa una necesidad de volver a lo que no tiene mucha lógica y mucha razón y a poner en valor algo que no pasa por la escritura. Y también he necesitado poner en valor cómo no justificar siempre la pareja desde un marco teórico, la pareja debe ser esto y no lo otro, todo lo que estamos generando ahora con el cómputo teórico de la pareja. Esta mitología viene a decir que, bueno, a lo mejor no hace falta tanta teoría, sino escuchar también, darle un valor, un hueco a todo lo que tiene que ver con la emocionalidad dentro de una pareja.

AV. “Entre lo que se conversa y lo que se performa, ni obra ni conferencia”…

AC. Sí, esto tengo pensado para Madrid, nunca lo he hecho. Me apetecía la idea de ir explicando y haciendo, exponer un poco más los lugares desde los que enfrento mi creación, entre lo hecho y lo dicho.

AV. Pues mira, igual reflejo esta conversación en vez de escribir un texto. ¿Quieres añadir algo más?

AC. Sí, que todo es un poco mentira, que no vengo a dar lecciones sobre el amor ni a regañar a nadie, que al final soy yo quien tiene la herida. Y, muy importante, que seguro estará conmigo en escena Luz Prado en la parte musical. Y ya.

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