Aracaladanza: Play

Aracaladanza: Play

Play es una obra sobre el juego y para los niños, jugar es todo. ¿Tema? No hay. Pero a cambio ofrece una cascada de imágenes, todas sugerentes, algunas divertidas, otras delirantes, y la posibilidad de crear mil historias a la carta, las que se quieran, las que la imaginación permita.

Sinopsis

Todo pasa a gran velocidad. Ahora aparecen unos robots de diseño y de inmediato unos personajes con globos atados en el pelo. En este momento hay unos seres con cara de perro, literalmente, y al instante ya está cayendo una lluvia de platos de colores.

No faltan guiños a los adultos e incluso a los amantes del ballet, con su clara e ingeniosa referencia a El lago de los cisnes. En Play, la danza es eléctrica, el escenario dinámico, los colores brillantes.

Con la pieza, que fue estrenada el año pasado en este mismo teatro, la compañía madrileña Aracaladanza huye como siempre de los estereotipos que han marcado las artes escénicas para público familiar y desde la lógica y la dinámica de la danza contemporánea para adultos. Enrique Cabrera, su director, crea un universo donde todo el mundo, desde el niño pequeño, pasando por el adolescente que se cree mayor, hasta el adulto que se siente niño, encuentra conexión. La compañía inicia así, con esta obra lúdica y libre, abstracta y figurativa a un tiempo, una nueva etapa, después de varios años dedicada a su más que célebre tetralogía, en la que tomando como referencia el mundo de un pintor, desplegaba todo un universo lúdico y visual de danza. Pequeños paraísos (El Bosco), Nubes (René Magritte) y Constelaciones (Miró), más Vuelos, una cuarta incursión para homenajear a Da Vinci, consolidaron a Arcaladanza por el mundo hasta el punto de convertirlos en habituales del Sadler’s Well, la relevante casa de la danza londinense, donde cultiva fanáticos.

Duración:
Idioma:
Sin palabras
Edad:
No recomendado para menores de 4 años
Sinopsis

Todo pasa a gran velocidad. Ahora aparecen unos robots de diseño y de inmediato unos personajes con globos atados en el pelo. En este momento hay unos seres con cara de perro, literalmente, y al instante ya está cayendo una lluvia de platos de colores.

No faltan guiños a los adultos e incluso a los amantes del ballet, con su clara e ingeniosa referencia a El lago de los cisnes. En Play, la danza es eléctrica, el escenario dinámico, los colores brillantes.

Con la pieza, que fue estrenada el año pasado en este mismo teatro, la compañía madrileña Aracaladanza huye como siempre de los estereotipos que han marcado las artes escénicas para público familiar y desde la lógica y la dinámica de la danza contemporánea para adultos. Enrique Cabrera, su director, crea un universo donde todo el mundo, desde el niño pequeño, pasando por el adolescente que se cree mayor, hasta el adulto que se siente niño, encuentra conexión. La compañía inicia así, con esta obra lúdica y libre, abstracta y figurativa a un tiempo, una nueva etapa, después de varios años dedicada a su más que célebre tetralogía, en la que tomando como referencia el mundo de un pintor, desplegaba todo un universo lúdico y visual de danza. Pequeños paraísos (El Bosco), Nubes (René Magritte) y Constelaciones (Miró), más Vuelos, una cuarta incursión para homenajear a Da Vinci, consolidaron a Arcaladanza por el mundo hasta el punto de convertirlos en habituales del Sadler’s Well, la relevante casa de la danza londinense, donde cultiva fanáticos.

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