Cloud, la realidad virtual y la realidad se solapan ahora tanto que conforman nuestro mundo y nuestra forma de entenderlo, disfrutarlo y transformarlo. Absorbidos en una virtualidad epistolar, vivimos, nos desarrollamos y nos movemos en un mundo inmaterial. Vivimos en un cibermundo borroso y translúcido, medio tangible, medio abstracto, medio aquí, medio allí, como si viviéramos en un paisaje y en un cuadro de ese paisaje al mismo tiempo.
Sinopsis
La juventud cibermoderna ha traído consigo grandes cambios en todos los ámbitos: la enseñanza, la creación, la comunicación, los negocios, las relaciones… ¿Cómo nos adaptamos a sus expectativas y nuevas perspectivas del mundo? ¿Cómo les transmitimos valores? ¿Cómo les inspiramos? ¿Cómo aprendemos de ellos?
«¿Nuestros cuerpos son más felices aquí o allí?» es una pregunta que buenamente nos podríamos hacer, ya que nuestra presencia es doble. Transformamos nuestra vida cotidiana en una saga ilustrada e inmaterial. Desrealizamos nuestra existencia para compartirla mejor. Minimizamos el tiempo que pasamos en el mundo real con demasiadas preocupaciones virtuales, amigos virtuales y asuntos virtuales. Basta con echar un vistazo a nuestros cuerpos: Nuestras posturas son idénticas, ya que todos estamos encorvados, obsesionados con nuestras pantallas.







