Cómete un pie es un espectáculo producido por La Roche Producciones y dirigido por Celia Morán.
El espectáculo nace a partir de la crónica “A la puta calle” y los textos de denuncia política y feminista que publicó, la escritora y periodista Cristina Fallarás entre el 2011 al 2015 en diferentes medios escritos tanto Europeos como Latinoamericanos durante su desahucio.
El título “Cómete un pie” aparece al escuchar la expresión comerse el mundo que significa ‘disponerse a hacer lo que se quiere superando cualquier obstáculo que se presente / tener una actitud de confianza y valentía para lograr todo lo que se desea, sin miedo a posibles problemas. Evidentemente, nosotras cambiamos Comerse el Mundo por Cómete un pie, porque cuando la precariedad la vives en primera persona y la sientes, ya no hay mundo que comerse, sólo pies.
Este espectáculo continúa en Working Progress, es un formato de monólogo que integra el humor ácido y el absurdo, trasgrediendo la narrativa clásica y explorando diferentes códigos teatrales, durante los 60 minutos que durará la pieza.
Un homenaje a todas esas mujeres que, como la mayoría de nosotras, en algún momento se han mirado frente al espejo y no se han reconocido. Porque el tiempo, la vida y la precariedad les había metido el miedo en el cuerpo. Pero nunca es tarde para «maternarse» y reencontrar su propia voz.
Sin perder el sentido del humor, Cómete un pie trata de nosotras, como madres, hijas, nietas, como mujeres, de nuestro lugar en el mundo, de nuestra capacidad para resolver.
Sinopsis
«Una política, una señora de Zaragoza y una prostituta se sientan a cenar y esto no es el inicio de un chiste.»
Así comienza este cuento de tres mujeres unidas por el hilo del jersey que están dispuestas a comerse, en una noche mágica donde la temperatura, el lugar y la hora se han detenido. Se sientan a la mesa, aunque nunca consigan hacerlo de manera física, comen, sin llegar a alimentarse, y hablan de la lucha y las armas que han tenido que desarrollar. La primera es hija de la segunda y la tercera ni siquera existe. Todo ello, narrado con palabras, cuerpo, música y silencios por una sola actriz.