Lia Rodrigues presenta Encantado, un espectáculo donde once hábiles intérpretes hacen aparecer y desaparecer, como si fuera un encantamiento, figuras, imágenes y composiciones evocadoras de realidades del Brasil de los contrastes.

Sinopsis

Lo que al inicio nos parece una alfombra de vivos colores perfectamente enmarcada en el escenario se nos va a desvelar pronto como escenografía y vestuario, el maravilloso deux ex machina de esa economía de recursos ya característica de la creadora brasilera. Con lentitud ceremonial, uno a uno, los bailarines desnudos se van deslizando bajo el aparente tapiz, y lo van habitando y desmembrando en las cientos de sábanas y telas de fulgurantes colores que lo conforman.

Para esta gente, que vive en unas condiciones de continuada emergencia, inventarse la vida cada mañana es prioridad y necesidad. Encantado es una metáfora perfecta de esta situación. Identidad, camuflaje, disfraz, travestismo, metamorfosis, transformación, cambio… muchas son las sensaciones e ideas que van pasando por la cabeza del que observa embobado esta performance extravagante que se nos presenta como una parada, un desfile de moda o quizá una comparsa de carnaval. De esas telas salen trajes y carruajes, insectos gigantes y monstruos feroces, la imaginación no deja de ser estimulada y de manera irremediable, Lia Rodrigues nos mete en un loop alucinante, del que definitivamente no queremos salir.

Sinopsis

Lo que al inicio nos parece una alfombra de vivos colores perfectamente enmarcada en el escenario se nos va a desvelar pronto como escenografía y vestuario, el maravilloso deux ex machina de esa economía de recursos ya característica de la creadora brasilera. Con lentitud ceremonial, uno a uno, los bailarines desnudos se van deslizando bajo el aparente tapiz, y lo van habitando y desmembrando en las cientos de sábanas y telas de fulgurantes colores que lo conforman.

Para esta gente, que vive en unas condiciones de continuada emergencia, inventarse la vida cada mañana es prioridad y necesidad. Encantado es una metáfora perfecta de esta situación. Identidad, camuflaje, disfraz, travestismo, metamorfosis, transformación, cambio… muchas son las sensaciones e ideas que van pasando por la cabeza del que observa embobado esta performance extravagante que se nos presenta como una parada, un desfile de moda o quizá una comparsa de carnaval. De esas telas salen trajes y carruajes, insectos gigantes y monstruos feroces, la imaginación no deja de ser estimulada y de manera irremediable, Lia Rodrigues nos mete en un loop alucinante, del que definitivamente no queremos salir.

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