Ik...eh ik (Yo… ¡eh! yo)

Ik...eh ik (Yo… ¡eh! yo)

Ik… eh ik (Yo… ¡eh! yo) es una asombrosa propuesta escénica de gran potencia visual y sonora.

Sinopsis

Nos acerca a un mundo onírico, el que habita el protagonista… ¿o tal vez es el mundo que habita dentro del protagonista? La escenografía del premiado Douwe Hibma, que gira sobre sí misma, contribuye en gran medida al sentimiento de confusión e impotencia que experimenta el personaje principal. Porque hay otro personaje… ¿O es él mismo…? Ante nuestros ojos, un cuadro surrealista giratorio donde, como en los sueños, las leyes del espacio y la gravedad no tienen los límites de la realidad. Las estancias de una casa aparecen, se mezclan, desaparecen… El protagonista se mueve y la pared se convierte en suelo, el techo en pared… Todo debería caerse y no se cae. De repente, un pez cruza la escena… Nada interrumpe el ejercicio de virtuosismo técnico, en momentos casi circense, al que asistimos boquiabiertos.

El sonido es sin duda otro de los pilares de la pieza, en la que apenas hay palabras. La banda sonora se realiza en directo mediante ritmos con los elementos de atrezo, con loops generados a partir de un carraspeo, un papel rasgado, una cremallera que se abre… Todo funciona con una precisión milimétrica en ese universo imaginario en el que confluyen humor, tristeza, belleza y sorpresa. De manera lúdica y filosófica, la obra anima al espectador a pensar en sí mismo, en los demás y en el mundo. Invita a abrazar la imperfección de la vida.

La obra está dedicada “a todos aquellos que alguna vez están en desacuerdo consigo mismos”. Ik… eh ik obtuvo el prestigioso premio Zilveren Krekels a la producción de teatro juvenil “más impresionante”.

Duración:
Idioma:
Inglés
Edad:
A partir de 8 años

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Sinopsis

Nos acerca a un mundo onírico, el que habita el protagonista… ¿o tal vez es el mundo que habita dentro del protagonista? La escenografía del premiado Douwe Hibma, que gira sobre sí misma, contribuye en gran medida al sentimiento de confusión e impotencia que experimenta el personaje principal. Porque hay otro personaje… ¿O es él mismo…? Ante nuestros ojos, un cuadro surrealista giratorio donde, como en los sueños, las leyes del espacio y la gravedad no tienen los límites de la realidad. Las estancias de una casa aparecen, se mezclan, desaparecen… El protagonista se mueve y la pared se convierte en suelo, el techo en pared… Todo debería caerse y no se cae. De repente, un pez cruza la escena… Nada interrumpe el ejercicio de virtuosismo técnico, en momentos casi circense, al que asistimos boquiabiertos.

El sonido es sin duda otro de los pilares de la pieza, en la que apenas hay palabras. La banda sonora se realiza en directo mediante ritmos con los elementos de atrezo, con loops generados a partir de un carraspeo, un papel rasgado, una cremallera que se abre… Todo funciona con una precisión milimétrica en ese universo imaginario en el que confluyen humor, tristeza, belleza y sorpresa. De manera lúdica y filosófica, la obra anima al espectador a pensar en sí mismo, en los demás y en el mundo. Invita a abrazar la imperfección de la vida.

La obra está dedicada “a todos aquellos que alguna vez están en desacuerdo consigo mismos”. Ik… eh ik obtuvo el prestigioso premio Zilveren Krekels a la producción de teatro juvenil “más impresionante”.

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