El coreógrafo Trajal HarreLl presenta dos piezas: Twenty looks or Paris is burning at the Judson Church y Judson Church is Ringing in Harlem.
Twenty looks or Paris is burning at the Judson Church es una serie de producciones coreográficas de diferentes duraciones y tamaños –Extra Small (XS), Small (S), Medium (M), Large (L) y Extra Large (XL) – que invitan a especular un cruce entre estas dos escenas a través de la propuesta de situarlas aquí y ahora en vez de reconstruir una ficción histórica. Por su parte, Judson Church is Ringing in Harlem es el formato made to measure (hecho a medida) donde la investigación coreográfica de Twenty looks or Paris is burning at the Judson Church se pregunta qué hubiera sucedido si uno de los primeros posmodernos de la Judson Church hubiera ido a la escena ballroom de Harlem. Esta variación para tres intérpretes acoge la fricción del formalismo abstracto de la danza posmoderna y la exuberante performatividad de los códigos de expresión del deseo disidente del voguing.
Sinopsis
A principios de la década de 1960 –un período muy rico a nivel de experimentación social y artística en el curso del cual el cuerpo recuperó sus connotaciones políticas– emergieron dos estilos de baile en la escena de Nueva York. En Manhattan, la Judson Dance Theatre, activa entre 1962 y 1964 con figuras como Yvonne Rainer, Trisha Brown y Lucinda Childs, sentó las bases de la danza posmoderna, enfocándose en la las cualidades esenciales de la danza, los medios materiales y la abstracción de las formas, como reacción a la espectacularidad, narratividad y expresividad de la danza moderna. Simultáneamente, en los clubes de Harlem, en el seno de la comunidad queer afrodescendiente y latina, surge el voguing, una forma de danza underground inspirada por las poses de los editoriales de moda.
¿Cómo lee el cuerpo los acontecimientos históricos? El trabajo del coreógrafo Trajal Harrell está marcado por una urgencia y un deseo discursivos que proponen una forma de ver queer. Harrell entiende la danza como una manera de archivar y revelar sentido desde las rupturas creadas por las contradicciones y los encuentros entre lo académico y lo popular, entre formas de expresión validadas desde lo institucional con las disidencias que residen en los márgenes. De esta forma, explora cómo se construye e interpreta la historia entendiendo el cuerpo como el lugar donde se negocia e inscribe la misma desde una lectura comprometida con la interseccionalidad de género, clase y raza.