Sabemos que La casa de Bernarda Alba fue la última obra teatral de Lorca. Y ahora nos encontramos con la primera versión operística en castellano. Su compositor, Miquel Ortega, la escribió entre 1991 y 2006, y el libreto se basa prácticamente en su totalidad en el texto original. Su autor, Julio Ramos, sólo suprimió algunas escenas, cambió ciertas frases y eliminó personajes secundarios.
La ópera de Ortega se estrenó finalmente, en su versión sinfónica, en el Teatro Brasov de Rumanía, el 13 de diciembre de 2007. Dos años después lo hizo en España, en los Festivales de Santander y Perelada. Y es ahora cuando verá su estreno la versión de cámara.
Sinopsis
En su Bernarda Alba, Ortega reivindica el arraigo de la tonalidad en el género operístico para evitar la muerte de la ópera y el distanciamiento con el público. Destacan los diálogos con frases cortas y réplicas contundentes, sin caer en la banalidad. Hace hincapié en la crítica a una sociedad con doble moral, donde la obsesión por la religión, las falsas apariencias, la hipocresía y la virginidad está reflejada en cada uno de los momentos de la obra. También trata la jerarquización de la sociedad de manera clara y contundente. En ella vive el universo femenino rural como algo claustrofóbico, asfixiante y frustrante.
A esta producción se suman figuras del gran espectáculo como Ezio Frigerio, Franca Squarciapino o Vinicio Cheli, así como un espléndido reparto de voces que harán que se vean los huesos y la sangre de esas mujeres. La directora de escena, Bárbara Lluch, considera éste como «el mejor libreto de ópera de la historia». Por su parte, el asistente de dirección musical y pianista, Rubén Fernández Aguirre, opina que «es una obra de gran exigencia vocal. Además, palabra y acción están estrechamente vinculadas con la orquesta, sin duda el décimo personaje de esta ópera. Todo se amolda a la expresión lírica, a las necesidades dramáticas del texto».
Una obra que afianza la vigencia de Lorca en nuestros días. Su contemporaneidad nos recuerda que con el paso de los años, el poeta de Granada se ha convertido en uno de los grandes mitos del Siglo XX.
En su Bernarda Alba, Ortega reivindica el arraigo de la tonalidad en el género operístico para evitar la muerte de la ópera y el distanciamiento con el público. Destacan los diálogos con frases cortas y réplicas contundentes, sin caer en la banalidad. Hace hincapié en la crítica a una sociedad con doble moral, donde la obsesión por la religión, las falsas apariencias, la hipocresía y la virginidad está reflejada en cada uno de los momentos de la obra. También trata la jerarquización de la sociedad de manera clara y contundente. En ella vive el universo femenino rural como algo claustrofóbico, asfixiante y frustrante.
A esta producción se suman figuras del gran espectáculo como Ezio Frigerio, Franca Squarciapino o Vinicio Cheli, así como un espléndido reparto de voces que harán que se vean los huesos y la sangre de esas mujeres. La directora de escena, Bárbara Lluch, considera éste como «el mejor libreto de ópera de la historia». Por su parte, el asistente de dirección musical y pianista, Rubén Fernández Aguirre, opina que «es una obra de gran exigencia vocal. Además, palabra y acción están estrechamente vinculadas con la orquesta, sin duda el décimo personaje de esta ópera. Todo se amolda a la expresión lírica, a las necesidades dramáticas del texto».
Una obra que afianza la vigencia de Lorca en nuestros días. Su contemporaneidad nos recuerda que con el paso de los años, el poeta de Granada se ha convertido en uno de los grandes mitos del Siglo XX.
- Título original:
- Dirección escénica:
Bárbara Lluch - Dirección musical:
Miquel Ortega - Músicos:
Rubén Fernández Aguirre - Escenografía:
Ezio Frigerio - Iluminación:
Vinicio Cheli - Vestuario:
Franca Squarciapino