Esta semana se ha presentado en rueda de prensa La casa de Bernarda Alba, una ópera en tres actos con música de Miquel Ortega y libreto de Julio Ramos basado en la obra de Federico García Lorca. Será esta la primera vez en la historia que se canta este Lorca en castellano.
Daniel Bianco, principal responsable de que podamos disfrutar de esta maravillosa aventura, se presentó ante los medios rodeado de un equipo de auténtico lujo. A su lado estaban la directora de escena, Bárbara Lluch, el compositor, Miquel Ortega y Rubén Fernández Aguirre, asistente del director musical, pianista y principal instigador de este viaje. Ezio Frigerio, responsable de la escenografía asombrosa escenografía y Franca Squarciapino autora del vestuario. Vinicio Cheli se encarga de iluminar la casa de Bernarda. El elenco no puede ser mejor. Nancy Fabiola Herrera es Bernarda, Carmen Romeu, Adela y el resto de las hijas tendrán las voces y las interpretaciones de Carol García, Marifé Nogales, Belén Elvira, Berna Perles. La grandísima Milagros Martín será la criada y Luis Cansino se hará cargo del personaje de Poncia. Por si fuera poco, la gran dama de la escena Julieta Serrano se encarga de interpretar a María Josefa.
Esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela pondrá sobre el escenario la versión de cámara de la obra. La versión sinfónica se estrenó en Rumanía en 2007 y posteriormente se vio en Santander y en Perelada. Según cuenta Bianco, él le propuso a Ortega reducir la orquesta para que las palabras de Lorca y la interpretación de las actrices ganara en presencia. Ortega llevaba tiempo trabajando en esta versión de cámara, con lo cual, el acuerdo fue inmediato.
Tanto Bianco como Lluch, Ortega y Fernández Aguirre coinciden en que esta versión explota el drama y todos los conflictos que planteaba Lorca y los lleva a sus últimas consecuencias.
Miquel Ortega, tras hacer un truco de magia que nos dejó a todos boquiabiertos, explicó que su contacto con “Bernarda Alba” le viene desde pequeño, cuando se acercó al texto con apenas 14 años. Desde entonces ha sido una constante en su vida. Frigerio por su parte recordó que su debut en el mundo teatral fue con una versión de la Bernarda dirigida por el maestro Strehler. Bárbara Lluch, la directora de escena, es nieta de Nuria Espert, con lo cual se ha criado rodeada de Lorca y Julieta Serrano lo ha representado cien veces; así pues, la relación de todos con Federico es casi inevitable y supone para todos ellos un auténtico regalo poder poner en pie este espectáculo.
Ortega se fijó en un principio en Britten y en su tratamiento de los instrumentos, y musicalmente cabalga entre las partes tonales, ciertos sincopados casi puccinianos, el uso de leitmotivs y la atonialidad siempre como elementos dramáticos, no ilustrativos. Según sus propias palabras: “la música es un río de agua en el que navegan las palabras de Federico”.
Todas las cantantes resaltaron tanto la dificultad de la partitura como la intensidad del trabajo interpretativo. Para representar el drama de Lorca, además de cantar bien, deben interpretar los personajes con la profundidad dramática que necesitan. Esa intensidad viene tanto de la música como del trabajo “teatral”. Para el personaje de Poncia pensaron en un barítono, para acentuar el enfrentamiento y la complicidad de Poncia con Bernarda. Una mezzo de grandes graves junto a un barítono. Dos personajes hablando casi de igual a igual. Un reto actoral para el gran barítono Luis Cansino que sin duda nos hará disfrutar de un enorme trabajo actoral.
Julieta Serrano confesó que con su edad y con su experiencia no hay personajes que sueñe con hacer. “O ya los he hecho o ya no los podré hacer”. Sólo tenía la espinita de hacer la María Josefa de La casa de Bernarda Alba, así que recibir la llamada de Bianco para ella fue un auténtico sueño.
La carrera de Bárbara Lluch no empieza aquí, ni mucho menos. Ha pasado 15 años trabajando como ayudante de dirección en Covent Garden donde ha trabajado con «los mejores». Reconoce que enfrentarse a una obra tan descomunal como esta de Lorca supone todo un reto, pero también un aliciente puesto que tiene muchos más detalles que tener claros y muchas decisiones que tomar. Decidir, por ejemplo cuál es la relación de cada hermana con las otras o qué temperatura hace en cada momento, qué época del año es o cuánto tiempo pasa entre escena y escena. Ese es el nivel de profundidad y rigor del trabajo que Lluch ha estado haciendo con Miquel Ortega y con las actrices/cantantes. Una demostración más de que la ópera, cuando se deja en las manos adecuadas puede llegar a ser el «Espectáculo total».
La casa de Bernarda Alba está llamada a ser sin ningún género de dudas, uno de los mayores pelotazos del año en la cartelera madrileña.
Texto David García
Fotos Javier del Real
