La escuela de los vicios es un espectáculo de Morfeo Teatro basado en las sátiras y discursos políticos del genio del Siglo de Oro. Un concentrado de la mejor insolencia de Quevedo, escritos que en su momento lograron gran éxito, provocando diversas polémicas, entre las que no faltaron acusaciones de obra sediciosa.
Sinopsis
La obra presenta a un extravagante diablo esperando a dos necios a los que espera cautivar con su «escuela de los vicios», la única en que los alumnos cobran por aprender. Las titulaciones serán: bachiller en mentir, licenciado en engañar, doctor en robar y catedrático en medrar. Los dos necios, tras una inicial reticencia al ver que es el diablo quien imparte las clases, se meten de lleno en el aprendizaje por el generoso acuerdo propuesto, consiguiendo excelentes resultados, y mucho más allá de sus expectativas, al ser nombrados Ministro y Magistrado respectivamente, aunque el diablo tiene una última y sorprendente enseñanza…
Un decorado contemporáneo, en contraste con un vestuario de época, presenta al diablo con un retablo de máscaras, sobre un suelo de charol negro proyectado al infinito por un gigantesco y viejo espejo de fondo. Para el final del espectáculo baja un gran telón que muestra a los grotescos personajes de las pinturas negras de Goya, fusionando los recién nombrados y conspicuos Ministro y Magistrado con la caricatura mordaz de la España de ese otro gran genio, y que sirve para resaltar la cáustica crítica de Quevedo a la corrupción de los gobernantes de su tiempo, y como no, como evidente reflejo de nuestra historia reciente.
ADVERTENCIA: Este espectáculo, como buena farsa, es políticamente incorrecto, tiene una alta dosis de inquina, es hiriente, cáustico y por ende provoca risa inteligente (mérito en su mayor parte del autor), por lo que puede desaconsejarse su ingesta a públicos con mentalidad ultraconservadora, o que vayan al teatro sólo a pasar un buen rato y no pensar.
Castellano
A partir de 16 años
La obra presenta a un extravagante diablo esperando a dos necios a los que espera cautivar con su «escuela de los vicios», la única en que los alumnos cobran por aprender. Las titulaciones serán: bachiller en mentir, licenciado en engañar, doctor en robar y catedrático en medrar. Los dos necios, tras una inicial reticencia al ver que es el diablo quien imparte las clases, se meten de lleno en el aprendizaje por el generoso acuerdo propuesto, consiguiendo excelentes resultados, y mucho más allá de sus expectativas, al ser nombrados Ministro y Magistrado respectivamente, aunque el diablo tiene una última y sorprendente enseñanza…
Un decorado contemporáneo, en contraste con un vestuario de época, presenta al diablo con un retablo de máscaras, sobre un suelo de charol negro proyectado al infinito por un gigantesco y viejo espejo de fondo. Para el final del espectáculo baja un gran telón que muestra a los grotescos personajes de las pinturas negras de Goya, fusionando los recién nombrados y conspicuos Ministro y Magistrado con la caricatura mordaz de la España de ese otro gran genio, y que sirve para resaltar la cáustica crítica de Quevedo a la corrupción de los gobernantes de su tiempo, y como no, como evidente reflejo de nuestra historia reciente.
ADVERTENCIA: Este espectáculo, como buena farsa, es políticamente incorrecto, tiene una alta dosis de inquina, es hiriente, cáustico y por ende provoca risa inteligente (mérito en su mayor parte del autor), por lo que puede desaconsejarse su ingesta a públicos con mentalidad ultraconservadora, o que vayan al teatro sólo a pasar un buen rato y no pensar.
- Compañía:
Morfeo Teatro - Dirección:
Francisco Negro - Autoría:
Francisco de Quevedo - Dramaturgia:
Francisco Negro - Producción:
Morfeo Teatro