La fiebre (Escritos en la escena II)

Sinopsis

Un hombre estaba construyendo un aserradero en 1848 cuando descubrió una pepita de oro. Y la historia de California cambió para siempre. Hasta 260.000 hombres se contagiaron de la fiebre del oro, levantando ciudades junto a las minas a un ritmo frenético e imposible, y abandonándolas en cuanto los filones se agotaban.

La fiebre tiene lugar en una de esas ciudades recién abandonadas. El oro se ha acabado y todos se han marchado en busca de nuevas oportunidades. Los fuertes han dejado atrás a los débiles. Seis personajes abandonados se encuentran entre las ruinas: un viejo ex boxeador, una prostituta sifilítica, un predicador tullido, un niño indio huérfano, un enfermo de cólera, y un borracho que sigue empeñado en encontrar una pepita de oro…

Sin posibilidad de huir, excluidos del mundo, parecen condenados a esperar. Pero no se conforman. Se niegan a asumir su condición, la inutilidad, el desarraigo, la agonía. Los rechazados se dan cuenta de que también ellos pueden rechazar. Y expulsar a los fuertes si vuelven. Y vencerlos. Como un auténtico ejército.

Sinopsis

Un hombre estaba construyendo un aserradero en 1848 cuando descubrió una pepita de oro. Y la historia de California cambió para siempre. Hasta 260.000 hombres se contagiaron de la fiebre del oro, levantando ciudades junto a las minas a un ritmo frenético e imposible, y abandonándolas en cuanto los filones se agotaban.

La fiebre tiene lugar en una de esas ciudades recién abandonadas. El oro se ha acabado y todos se han marchado en busca de nuevas oportunidades. Los fuertes han dejado atrás a los débiles. Seis personajes abandonados se encuentran entre las ruinas: un viejo ex boxeador, una prostituta sifilítica, un predicador tullido, un niño indio huérfano, un enfermo de cólera, y un borracho que sigue empeñado en encontrar una pepita de oro…

Sin posibilidad de huir, excluidos del mundo, parecen condenados a esperar. Pero no se conforman. Se niegan a asumir su condición, la inutilidad, el desarraigo, la agonía. Los rechazados se dan cuenta de que también ellos pueden rechazar. Y expulsar a los fuertes si vuelven. Y vencerlos. Como un auténtico ejército.

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