Las reflexiones suelen ser sobre temas trascendentes y profundos pero las motivaciones usualmente parten de asuntos cotidianos, pequeños. Así ha construido Luz Arcas su universo, el de La Phármaco, su compañía en pleno ascenso, que da un paso al frente con su nueva creación La domesticación, primera parte de lo que será la trilogía Bekristen/Cristianos, para la que cuenta con la colaboración de Celso Giménez, de La tristura.
Sinopsis
Preocupada por la espiritualidad, tan individual, y por la sociedad, tan colectiva y compleja, la coreógrafa malagueña ha ido creando un finísimo hilo conductor entre sus creaciones que le han permitido configurar no solamente una línea estética sino también cierta homogeneidad emocional común a todas sus propuestas, que abordan temas diversos pero con frecuencia vinculados al ritual telúrico, a los ancestros y las tradiciones.
Así ha sido en Kaspar, solo en el que recrea lo maravilloso y lo terrible que supone ser adulto y no haber visto nunca el mundo exterior o la muy femenina Miserere, donde enarbola el tema del chivo expiatorio, la redención y la liberación. Siendo distinta, La domesticación aparece ahora conectada. Su punto de partida está en la vivencia de un viaje y se centra en lo experimentado en Guinea Ecuatorial, país en el que Arcas realizó un trabajo de danza y cooperación, en 2016. Ante una nación desolada, que fue colonia española, saltaron las preguntas sobre la responsabilidad individual de cada uno en la historia colectiva, sobre cómo las acciones de los ancestros han configurado nuestra actualidad y en definitiva cómo el pasado ha diseñado el presente. «En la pieza se baila la compasión como necesidad humana, trauma social, fracaso colectivo», asegura la coreógrafa.
Bekristen, palabra que da nombre a esta trilogía que La Phármaco inicia, significa «cristianos» en el lenguaje de los fang, la etnia que ocupa el 80 % de la población de Guinea Ecuatorial y que mayoritariamente practica el bwiti, una religión ceremonial que rinde culto a los ancestros.
Preocupada por la espiritualidad, tan individual, y por la sociedad, tan colectiva y compleja, la coreógrafa malagueña ha ido creando un finísimo hilo conductor entre sus creaciones que le han permitido configurar no solamente una línea estética sino también cierta homogeneidad emocional común a todas sus propuestas, que abordan temas diversos pero con frecuencia vinculados al ritual telúrico, a los ancestros y las tradiciones.
Así ha sido en Kaspar, solo en el que recrea lo maravilloso y lo terrible que supone ser adulto y no haber visto nunca el mundo exterior o la muy femenina Miserere, donde enarbola el tema del chivo expiatorio, la redención y la liberación. Siendo distinta, La domesticación aparece ahora conectada. Su punto de partida está en la vivencia de un viaje y se centra en lo experimentado en Guinea Ecuatorial, país en el que Arcas realizó un trabajo de danza y cooperación, en 2016. Ante una nación desolada, que fue colonia española, saltaron las preguntas sobre la responsabilidad individual de cada uno en la historia colectiva, sobre cómo las acciones de los ancestros han configurado nuestra actualidad y en definitiva cómo el pasado ha diseñado el presente. «En la pieza se baila la compasión como necesidad humana, trauma social, fracaso colectivo», asegura la coreógrafa.
Bekristen, palabra que da nombre a esta trilogía que La Phármaco inicia, significa «cristianos» en el lenguaje de los fang, la etnia que ocupa el 80 % de la población de Guinea Ecuatorial y que mayoritariamente practica el bwiti, una religión ceremonial que rinde culto a los ancestros.
- Dramaturgia:
Luz Arcas
Abraham Gragera - Dirección musical:
Abraham Gragera - Músicos:
Luz Prado - Bailarines/as:
Luz Arcas
Marcus Matus Ramírez
Danielle Mesquita
Paula Montoya
Papá de Zes - Voces:
David Azurza - Escenografía:
Luz Arcas
Carmen Main - Iluminación:
Jorge Colomer - Vestuario:
Luz Arcas - Coreografía:
Luz Arcas - Diseño gráfico:
María Peinado - Fotografía:
Virginia Rota - Vídeo:
Virginia Rota - Producción:
La Phàrmaco
Teatros del Canal - Producción ejecutiva:
Gabriel Blanco (Spectare)
Renzo de Marco (Spectare)