ANGÉLICA LIDDELL/ATRA BILIS: Una costilla sobre la mesa: Madre

ANGÉLICA LIDDELL/ATRA BILIS: Una costilla sobre la mesa: Madre

Angélica Liddell nos presenta Una costilla sobre la mesa: Madre en los Teatros del Canal. Una oración teatral, una explosión de culpa y expiación donde Liddell expresa su amor y, al mismo tiempo, todo su dolor, convirtiendo lo sublime en sufrimiento. Y, todo ello, acompañado por el músico Niño de Elche.

Este espectáculo pertenece a la XXXVIII Edición del Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid.

Sinopsis

Vengo de quemar a mis padres, con tres meses de diferencia entre un cuerpo y otro cuerpo. Ya nunca más podré volver de otro sitio. No quiero recordarlos vivos. Quiero que me acompañen sus cuerpos sin vida, sus rostros marmorizados como máscaras del Sinsentido y de la Sinrazón, su descanso al fin, ese misterio glaciar, y el dolor inmenso que sentí al tocar la carne ya fría. Quiero guardar la imagen de sus cadáveres como un medallón de oro en mi memoria para que me haga llorar siempre, y así tener siempre dentro de mí la imagen que falta, lo irrepresentable de la imagen que siempre nos faltará. Cada día me esfuerzo por olvidar sus vidas, que son la mía, no quiero tener otro recuerdo que sus muertes, sus muertes, que me devolvieron el gigante del perdón y la piedad. A mi derecha mi padre muerto, a mi izquierda mi madre muerta. El amor en lo alto, esférico y dorado. Te amo, padre. Madre, te amo.
A mi madre le entrego como última ceremonia la obra que a ella le hubiera gustado ver, un viaje mítico a la tierra de sus ancestros. Para mi padre la mejor ofrenda reside en lo ininteligible, es decir, aquello que nos hace santos.

Duración:
Idioma:
Castellano
Edad:
No recomendado para menores de 16 años
Sinopsis

Vengo de quemar a mis padres, con tres meses de diferencia entre un cuerpo y otro cuerpo. Ya nunca más podré volver de otro sitio. No quiero recordarlos vivos. Quiero que me acompañen sus cuerpos sin vida, sus rostros marmorizados como máscaras del Sinsentido y de la Sinrazón, su descanso al fin, ese misterio glaciar, y el dolor inmenso que sentí al tocar la carne ya fría. Quiero guardar la imagen de sus cadáveres como un medallón de oro en mi memoria para que me haga llorar siempre, y así tener siempre dentro de mí la imagen que falta, lo irrepresentable de la imagen que siempre nos faltará. Cada día me esfuerzo por olvidar sus vidas, que son la mía, no quiero tener otro recuerdo que sus muertes, sus muertes, que me devolvieron el gigante del perdón y la piedad. A mi derecha mi padre muerto, a mi izquierda mi madre muerta. El amor en lo alto, esférico y dorado. Te amo, padre. Madre, te amo.
A mi madre le entrego como última ceremonia la obra que a ella le hubiera gustado ver, un viaje mítico a la tierra de sus ancestros. Para mi padre la mejor ofrenda reside en lo ininteligible, es decir, aquello que nos hace santos.

Ficha artística
Ver ficha entera
Fotos y vídeos
Artículos relacionados
¡Enlace copiado!