No juegues con Carrie

Es un temazo y es un concepto súper potente: qué motivos tienen, qué les pasa por la cabeza, a esos que entran en un colegio americano con un rifle y provocan una auténtica tragedia.

Esta es la historia de ese previo, de un chaval que atraviesa lugares oscurísimos y acaba haciendo algo que no cabe en la cabeza de nadie, pero que tiene un poco más de sentido si nos metemos en su cabeza. No pretende, por supuesto, justificar nada, sino poner el foco en que algunos sufren más de lo que creemos. Poner el foco en el bullying y en cómo miramos para otro lado y pensamos, a veces, que no es tan grave cuando sí lo es. En la homofobia, en la religión. En tantos y tantos motivos que pueden agrandar los problemas de los adolescentes.

Enrique Cervantes sostiene, él solo, la escena y el texto. Protagonista y autor del texto, mantiene bien arriba de principio a fin la energía del público, que participa en el espectáculo.

Imprescindible para reflexionar sobre lo que hay detrás de las grandes catástrofes. Sobre cómo alguien puede llegar a ese extremo y cómo le afecta a su entorno.