El año 1984, se celebró el estreno español de A chorus line con una compañía que procedía de los Estados Unidos, por no ser capaces de encontrar suficientes candidatos locales. Sin duda, se quería repetir el éxito que estaba teniendo en Broadway desde medios de los 70, donde se llegó a convertir en el musical más visto hasta aquel momento aguantando en cartel 15 años. A pesar de esto, en España no se obtuvo la respuesta esperada y estuvo muy poco tiempo a los teatros, tanto en Barcelona como sobre todo a Madrid.
Así pues, este musical vuelve a los escenarios españoles, recuperando el aspecto minimalista y elegante del original. En este sentido, la obra tiene una estructura similar a la del musical Cats, que precisamente fue el que le va arrebatar el título de longevidad en Broadway, presentando de forma secuencial unos personajes con sus números musicales, los cuales se enmarcan dentro de un mismo espacio y tienen un objetivo común. De este modo, el hilo conductor se va nutriendo de situaciones particulares que una vez presentadas dan a la resolución planteada, que en esta obra seria ver quien sueño los escogidos en el casting por el coro de un musical de Broadway. Esto, no acaba de funcionar en todas las historias planteadas y quizás en algún momento se echa de menos una mayor interacción entre los diferentes personajes, así como profundizar todavía más en el propio tema planteado que a menudo queda diluido entre tantos personajes, echándose de menos más crudeza y mala baba en su tratamiento. No obstante, el espectáculo resulta un acierto en su narrativa, situándonos dentro de este casting ficticio y en el mismo lugar que el director, que mayoritariamente aparece como voz en off. Además, los números musicales están muy ejecutados y se consigue llenar la escena de forma eficiente en todo momento. Quizás, la dirección acontece bastante distante en gran parte de la obra, como el proceso del casting que se representa durante la función, pero en ocasiones se tiene la sensación que se ha intentado ser tan respetuoso con el material original que se han olvidado de aportar su propia esencia.
A pesar de los contras, la apuesta de Antonio Banderas nos permite disfrutar en casa nuestra de un musical que ha hecho historia en Broadway en un montaje sólido, fiel y lleno de profesionalidad. Así, nos encontramos con un espectáculo lleno de temas conocidos para los amantes de los musicales que ahora podrán ser descubiertos por un público más amplio.