La iniciativa que se ha puesto en marcha para montar en pleno centro de Madrid una corrala del Siglo de Oro es, simplemente, fantástica. ¡El Corral Cervantes llega para quedarse! He tenido la ocasión de disfrutar de una obra en este espacio de la Cuesta de Moyano y he de decir la experiencia de ver teatro semi al aire libre en una noche de finales de verano quita más penas que otra cosa. Da gusto ver teatro así, y, sobre todo, ver como se hacen esfuerzos para acercar el Siglo de Oro y sacarlo de las academias y los grandes montajes.
En aquella ocasión disfruté de una versión del Lázarillo de Tormes. Mitad versión, mitad comedia actual. Ir para pasar un rato lleno de diversiones. Aparte, lo que más me flipó fue la unión de la obra y la puesta en escena con la música en directo del maestro José Luis Montón. En verdad fue agradable estar ahí al aire libre, fresquito, viendo la obra y disfrutando de la música que encaja perfectamente con la obra. Gran trabajo del director, Lluís Elías, y del actor, Antonio Campos, en crear una propuesta física y «pobre», en el buen sentido de la palabra. A veces menos es más y mola mucho más ver a un actor defendiendo el solo a tantos personajes y haciendo un enorme trabajo gestual que ver una superproducción.
Muy recomendable.