Andrea, booktuber histriónica y ensimismada en el número de seguidores que nunca son suficientes, interpretada por Roser Vilajosana de forma enérgica, impostada (con toda la intención) recorre caminos expeditivos que se acercan a la comedia, pero que no dejan de ser la tragedia del futuro.
Cristina Clemente, a través del entrecruzamiento de dos historias paralelas que se encuentran y se separan presenta el mundo en el que nos adentramos; el mundo líquido generado por el ‘capitaclismo’ que busca los grandes aspavientos en las personas y en las sensaciones y números, siempre números (cuanto más crezcan, mejor).
Marianella Morena acierta de pleno con su dirección de actores; unas brillantes Mima Riera y Àssun Planas transmiten el patetismo y padecimiento de sus vidas huecas, y Borja Espinosa como pusilánime de andar por casa destaca por su acompañamiento al resto del elenco.
La escenografía de Paula Bosch contribuye en gran medida a conformar la fantasía, que se asemeja peligrosamente a la realidad presente y venidera.
Una obra fantástica carolliana que se acerca con un ritmo despampanante al fondo de nuestras almas.