La violación de Lucrecia es uno de los clásicos más punzantes de la obra shakesperiana. En esta versión la dramaturgia intenta reinventar la rueda bajo los mimbres de la música de José de Nebra (1702-1768) en forma de zarzuela barroca en dos jornadas, a partir de la obra original «Donde hay violencia, no hay culpa». La pieza, construida a partir de las voces de cuatro personajes y la intervención de dos fantasmas-actores personificados por Manuela Velasco en el papel de Lucrecia y por Borja Luna en el papel (machirulo y roído) de Sexto, saca a relucir el mensaje desgastado de un feminismo que expone tibiamente aquello a lo que aspiramos, pero sin reivindicar ni explorar las bases del patriarcado ni […]