El síndrome de la impostora (en 2022)
Barbados en 2022

Seis años después de su debut en el (añoradísimo) Pavón Teatro Kamikaze, la excusa de oír las voces de las palabras como «Barbados», «crisantemo» o «nosotros», vuelve a inundar el escenario en un choque entre el síndrome de la página en blanco y la necesidad de contar historias. Contar historias para-qué y para-quién. Así, el texto simple y llano de Pablo Remón, sin aspiración de hacer resonar una palabra más alta que la siguiente, toma forma y crece en el binomio conformado por el elenco recuperado de «Barbados, Etcétera». Fernanda Orazi y Emilio Tomé no se escupen imágenes a la cara, no se interpelan en el diálogo ni tampoco esperan generar un silencio en el espacio ni en el tiempo que infiera significado alguno. Esa es la construcción a la que aspiran: digamos palabras hasta encontrar El Texto (con letras mayúsculas que denotan su importancia). Hasta hallar La Historia que Preexiste en nuestra imaginación colectiva y que queremos escuchar.
La corta aunque recargada duración de ese encuentro para-decir-algunas-cosas se apoya sobre dos flancos que Remón ha dominado a la perfección en trabajos anteriores: el conocidísimo álter ego masculino -esta vez encarnado por Tomé, que antes fue Carril y que anteriormente fue también Reyes- y el aprovechamiento del dominio teatral femenino a través de la boca y el arrojo de Orazi. En este último punto encontramos El Motivo por el que merece la pena el viaje recorrido hasta el momento: un monólogo fuerte y duro como un alfil en la sien que se pregunta el porqué de nuestra estúpida existencia en la que nos agarramos al teatro para sentirnos un poco menos solos.