Si Grumelot no existiera, habría que inventarla. Son descarados. Son sinvergüenzas. Son arriesgados. Y son tremendamente fiesteros.
Pero son también honestos, rigurosos, intelectuales y todo lo que hacen, lo hacen con amor, con dedicación y con mucha pasión.
Arder y no quemarse es un espectáculo que homenajea al Teatro Español y, de paso, al teatro español. A los 440 años de este espectáculo que ha resistido incendios y se ha derribado y reconstruido varias veces; pero también a ese arte que se lleva haciendo en nuestro país desde el inicio de los tiempos hasta hoy.
Es un recorrido emocionante, hermoso, interactivo y provocador. Lo escribe José Padilla con maestría. Lo dirige Íñigo Rodríguez Claro con mucho descaro. Y, sobre el escenario, hay nueve actores (y un ayudante de dirección, y algún que otro trabajador más) que entregan su talento y su versatilidad para encarnar a figuras tan relevantes como Valle, Lorca o Margarita Xirgu. Entre otras muchas. Muchísimas. Tantas, que el homenaje es inmenso.
Si te interesa la historia del Teatro, y del teatro, acércate. Y atrévete.