En este país nos quedan, todavía, muchas heridas que cerrar. Y para cerrar las heridas hay que hablar de lo que pasó, hay que poner nombres y apellidos, hay que buscar huesos y hay que dejar que las cosas sanen. En este país, por mucho que algunos piensen que hay que dejar al pasado en paz, hace mucha falta despegarnos del silencio y mirarnos, de verdad, a los ojos. Y, en este país, hace mucha falta que el teatro hable de nuestra historia. Sin miedos, sin tabúes, sin complejos y sin autocensura. Con valentía. Por eso, Nuestros muertos es un espectáculo importante. Con una puesta en escena mínima (una mesa, dos sillas, poco más), son los actores, el espacio sonoro […]