A veces el teatro basta para prender la mecha. A veces surge el incendio y es suficiente con estar en el patio de butacas para notar el dardo que desde el escenario se lanza y que hace diana entre el público. Esto sucede con Blast, una propuesta ácida, rabiosa y sarcástica que deja espacio también para lo vulnerable, para la apatía, la dulzura y la belleza.
Este montaje de Teatro En Vilo aborda cuestiones de género, de clase y climáticas al mismo tiempo que baraja las problemáticas de un sistema que condiciona y que excluye. Y lo hace con un lenguaje lleno de color, con tintes punk y mucha ironía. Cultiva la constante duda que habita en la conciencia y la disecciona hasta exponer una a una todas sus aristas.
Es una oda contra el aburrimiento, una rave y también una herida que se muestra en canal y que supura. Es un teatro que agita, que reprende y que invita al movimiento. Tras el aplauso queda el poso de una energía que se transforma y que es capaz de salir a la calle, darte la mano y acompañarte.