El musical Cantando bajo la lluvia llega a Madrid directo desde la ciudad Condal y lo hace por todo lo alto. Este espectáculo crea un pequeño mundo de alegría, risas y talento a raudales.
Tengo que admitir que fui a verlo sin tener ni idea de qué iba porque no he visto la película que se estrenó hace ya unas cuantas décadas. Y por una parte lo agradecí porque todo lo que pasó allí fue una sorpresa para mí. Una grata sorpresa. Aunque me consta que a los fans de la película tampoco les decepcionó, todo lo contrario. Algunos de ellos entraban con ganas de taparse los ojos por ese miedo a que te destrocen esa historia que has visto y revisto tantas veces. Pero no, una vez dentro, tuvieron que abrir bien los ojos para no perderse ni un segundo de este grandioso espectáculo.
Salí de allí con sonrisa puesta y con dolor de mandíbula de las carcajadas, prometo que no peeeeediaaaaa para de reír (ya lo entenderéis). Mención especial a los actores secundarios de esta obra porque sobresalen en mayúsculas. Hay gente que tiene un talento incontestable, entiendo que por una mezcla de don natural y trabajo incansable y de ahí un resultado brillante.
La cartelera de musicales en Madrid está a rebosar y éste es, sin duda, uno de los que no te puedes perder. Supongo que después de una época de tristeza universal, solo nos apetece celebrar la vida y cantar bajo la lluvia.