Rodgers & Hammerstein (II, que se olvida), “crearon” (con matices) los musicales como los entendemos (integración música y trama), y, además, tocaron temas sociales. Para TV, compusieron esta versión del cuento, que vivimos como nueva pese a conocerla, mérito enorme. No es su mejor obra, pero su música rebosa calidad, como siempre, y la orquesta, dirigida con entusiasmo por Xavier Torres nos traslada ese sonido y melodías tan elegantes magistralmente.
Como siempre en Stage, la producción es espectacular, cuidada al detalle, te atrapa visualmente desde antes de que se alce el telón, escenografía, sonido, vestuario, pelucas…, aunque, para mi gusto, en este caso, con demasiadas proyecciones (quitan grandeza a una propuesta así) y, como en Aladdin, encontré menos magia/ ilusionismo y química de la pareja protagonista, de la esperada. A gran altura, las interpretaciones, trabajadas, excelente reparto coral.
Lo menos mejor: excesivos guiños a la estética pop (Marilyn, Audrey, Brando, Cruella, West Side Story…), que nos recuerdan que lo que vemos no es una historia sino su representación y, junto con algunas proyecciones, me sacaron a ratitos de la propuesta. Y alguna cosita en la traducción, que me chirrió, por comparación con el resto del lenguaje utilizado (cochazo/ chaval…)..
Lo mejor: es un musical clásico (gracias Stage!), donde destaca un número coreográfico espectacular, coral, de energía, contagiosa donde el elenco lo da todo, de fiesta y esperanzas, el del anuncio de la fiesta de disfraces. Eso que sólo los grandes musicales consiguen, la perfecta combinación de música, canto y danza, que se hace corto pese a no serlo. Y la apuesta por un musical no habitualmente representado y del que sales más que satisfecho.
En resumen: a pesar de, como en cualquier propuesta, aspectos no perfectos, vale la pena esta versión del cuento que conocemos, con cambios pero manteniendo lo esencial. Hay ritmo, muy buenas interpretaciones, algo de humor, música perfectamente interpretada, y un diseño de producción colorido que te empapa.