El musical de Cenicienta es una propuesta escénica que combina la magia del cuento clásico con una puesta en escena moderna y visualmente impresionante. Desde el primer acto, el espectáculo atrapa gracias a sus efectos especiales, que están ejecutados con una precisión y creatividad asombrosas. Los momentos más impactantes son, sin duda, las transformaciones…el uso de luces, proyecciones y escenografía dinámica contribuye a crear un ambiente verdaderamente mágico.
El vestuario es otro de los grandes aciertos del musical. Cada traje está cuidadosamente diseñado para reflejar la personalidad de los personajes y el tono de cada escena. Destaca especialmente el vestido de gala de Cenicienta, que brilla con luz propia, y el estilizado y colorido atuendo del Hada Madrina, que combina fantasía y elegancia en partes iguales.
En el apartado musical, las voces de Cenicienta (Paule Mallagarai) y el Hada Madrina (Mayca Teba) son simplemente maravillosas. Ambas intérpretes muestran una gran potencia vocal, técnica impecable y una capacidad emocional que conmueve. Sus solos son algunos de los momentos más memorables del espectáculo, y sus duetos tienen una química escénica que emociona y da vida al vínculo entre los personajes.
Es cierto que los fans más puristas de la película original pueden echar en falta algunos elementos icónicos, como ciertas canciones clásicas o escenas emblemáticas. Sin embargo, las adaptaciones introducidas en esta versión teatral aportan un aire fresco y actual, respetando la esencia del cuento pero dándole una identidad propia.
En definitiva, este musical de Cenicienta es una experiencia imperdible: una producción cuidada, emocionante y visualmente espectacular que encantará tanto a niños como a adultos.