Camino a la Meca nos presenta un escenario lleno de detalles en la aparente oscuridad del desierto sudafricano. Dos mujeres que se reencuentran, dos generaciones, dos amigas a las que les une la admiración mutua y la constante necesidad de independencia y libertad. Todo ello podría extrapolarse a la propia realidad de Herrera y Dicenta, amigas en las tablas, madre e hija bajo ellas. Helen (Lola Herrera) recibe la visita de Elsa (Natalia Dicenta) que pasará con ella una única noche. Su amiga acude algo preocupada por la última carta recibida por la artista y a medida que pasan las horas somos testigos de cómo ambas van desnudando su alma y despojándose de sus monstruos. Elsa siente una profunda admiración […]