No soy una persona deportista y sé que nunca voy a serlo. También soy esa clase de persona que se pregunta qué le aporta el deporte al resto de la gente para que quieran seguir practicándolo, para que se encuentren tan bien y quieran más o para qué sean felices sudando y machacando sus cuerpos y yo no logre entenderlo. Precisamente, esas ideas formaron el primer hilo al que me enganché en Chest press. Y Sergio Boyarizo, Javi Díaz, Kevin Dornan, Raquel Escudero, Tony Galán, Cristina Marín-Miró, Julia Rubio y Ana Veganzones fueron esos deportistas en escena que me invitaron a ello, con mucha fuerza e intuición.
Mattis G. de la Fuente dirige una prueba de fe, un estudio de la creación del ser humano y una gran reflexión sobre cómo acudir a las sagradas escrituras puede entrelazarse con aquello de a dónde vamos y de dónde venimos en pleno 2023. También asoma aquello que no somos o que, en principio, no guardaría relación directa; polos opuestos como la creencia en un ser divino o el ansia viva de creer, cada día, que conseguiremos aquel sueño por el que llevamos luchando demasiado tiempo ya.
La tradición y la contemporaneidad se tocan (o no, todo depende de la perspectiva) en un montaje que explora de manera física y mental el esfuerzo, el sacrificio y la muerte con un elenco divino. Y que sale tan bien y es tan sorprendente y continuamente atractivo que nunca volveréis a pensar en el gimnasio y en la Biblia de la misma forma.