En la extravagante y seductora decadencia de los años 20, Roxie Hart, una ama de casa y bailarina de club nocturno, asesina a sangre fría a su amante cuando él está a punto de abandonarla. Desesperada, contrata al afamado y retorcido abogado Billy Flynn, interpretado por Iván Lavanda, quien para mí, se lleva el aplauso de oro. El letrado es capaz de transformar el crimen en la historia más mediática del año. El musical lleva implícita una sarcástica crítica al mundo de los mass media donde aquello de «no dejes que la realidad te estropee un buen titular» se convierte en el mantra.
Destaca también Inmma Cuevas, en el papel e Mama Morton y una de las cosas que más me ha gustado es cuerpo de baile. Todas y todos están espectaculares.
La puesta en escena es elegante, sensual y sofisticada pero sin duda, la banda de jazz es el punto fuerte del espectáculo. Situada en una grada escalonada en la parte central del escenario, se convierte en parte destacada del espacio interpretativo.
Por ponerle algún pero…creo que al número final de las dos protagonistas le falta fuerza. Ambas hacen una buena actuación pero quizás esperaba un final más apoteósico.
En resumen, la recomiendo. Es una apuesta segura, un espectáculo ideal para adultos (esta vez tocaba plan sin hijo). Las 2 horas y media (descanso incluido) se hacen cortas y sales del espectáculo con la sensación de que ha merecido la pena pedirle el favor a los abuelos para disfrutar de un montaje en el que los asesinatos, la sensualidad y el hambre voraz de fama envueltos de jazz, no defraudan.