Hablar de Sondheim a estas alturas de la película quizás está de más. El compositor norteamericano, que murió el pasado mes de noviembre, revolucionó el género de los musicales y no paró de innovar temáticamente y formalmente hasta casi el final de su carrera. En Company, una de sus obras maestras, firmó una magnífica carta de amor a la ciudad de Nueva York y también radiografió el mundo de la pareja. Sin reparos en criticar cierta clase social y algunas maneras de hacer, y el resultado es un artefacto cómico, nostálgico e increíblemente bello… A pesar de la su desesperanza.
Esta es la primera vez que se hace en castellano. Se estrenó en el Teatro del Soho de Málaga bajo la dirección de Antonio Banderas, y en el reparto encontramos grandes nombres del género musical actual. El montaje se impregna del mensaje que Sondheim quería imprimir en esta obra, y también del minimalismo formal que ha tenido en casi todas sus puestas en escena. Además, no niega en ningún momento la estética de los setenta ni cierto gusto por la nostalgia, cosa que me parece un gran acierto. Es verdad que en Broadway acaba de triunfar una versión que pone el libreto en el día, que transforma el sexo del personaje principal y que abre el argumento a otro tipo de relaciones más del siglo XXI, pero también es cierto que allí el compositor y la obra son muy conocidos… casi una institución. Y ya se sabe que a las instituciones, de vez en cuando, conviene quitarles un poco el polvo.
Uno de los grandes aciertos de Banderas es el gusto con el que ha abordado la mayoría de aspectos de la obra, pero también los profesionales de los que se ha rodeado. La orquesta de 15 músicos suena como en las mejores ocasiones, y los actores brillan por sí solos, sobre todo en los fabulosos números corales (el Side by side con que se inicia la segunda parte es realmente una maravilla). A pesar de que pienso que el nivel es muy homogéneo y acertado, es justo destacar el gran trabajo de Marta Ribera como la alcohólica Joanne, pero también el de Lidia Fayrén.
En definitiva, una oportunidad enorme de disfrutar de un Sondheim de alto nivel y de una gran producción. Sería una lástima que los amantes de los musicales lo dejaran escapar.