El día que fui a ver la obra, la respuesta del público fue en general una obra que emociona y gusta en muchos sentidos. Una obra para reír sin dejar que nos haga reflexionar y criticar la sociedad.
La obra juega con las apariencias sociales y los líos en clave de musical, pero no sufráis no se pasan todo el rato cantando. Una adaptación musical de este texto, con composiciones frescas y alguna que te quedas tarareando al finalizar la función. Los números musicales y las coreografías fluyen y encajan a la perfección con el argumento de la obra.
Con las entradas agotadas durante su paso por varios teatros y con el buen trabajo que actualmente tiene la compañía, La Brutal, entre las manos, seguirá triunfando allá donde vaya.