¿Podríamos decir que Desobediente María es una obra feminista? ¿podríamos decir que es una obra sobre un personaje histórico? ¿podríamos decir que es una obra musical? Desde luego, podríamos decir todo eso de ella pero no sería suficiente para intentar explicar que es lo que nos vamos a encontrar si vamos a verla.
Lo que las tres hermanas protagonistas de la historia nos muestran en el escenario es una propuesta llena de sorpresas con un punto de partida bastante peculiar: las apariciones que se han venido sucediendo a lo largo de los años de un personaje histórico (María Pacheco) a las tres costureras de un taller de Toledo (de donde también era originaria María)
La forma en que se va desarrollando la historia no es una narrativa simple para contar lo que María les ha mostrado en sus apariciones, si no un juego a través de metáforas, imágenes, conexiones con sus propias historias, con sus miedos, con las barreras por ser mujeres y en definitiva como una forma de hacer una radiografía de la sociedad actual y las barreras educacionales que todavía hay que superar por razón de género en paralelismo con aquel siglo XV en el que María Pacheco nació y para el que fue una auténtica revolucionaria.
María Pacheco, una mujer culta de la nobleza toledana que continuó con el liderazgo de la sublevación comunera en Toledo, tras la muerte de su esposo Juan Padilla frente a Carlos I de España. Murió en el exilio en Portugal y fue un personaje histórico olvidado por su condición de mujer, hasta muchos siglos después en los que se sacó a la luz su figura como , la última comunera o la leona de Castilla
Marianella Morena, es la dramaturga y directora uruguaya que se «prendó» de la figura de María Pacheco y puso en marcha esta propuesta escénica arriesgada y original.
Las actrices, Laura Hernando, Lucía Trentini, Candela Solé sacan, sin duda, lo mejor de sí mismas para poner en el escenario a esta Desobediente María que llegó a sus vidas y a la que deciden, a pesar de que nadie les crea, ponerla en valor.
Una obra, sin duda, con una puesta en escena sorprendente y llena de detalles, simbolismos, música, con momentos muy divertidos y otros bastante emotivos.
El Teatro del Barrio es, desde luego, un lugar ideal para verla por la cercanía de su escenario en una obra intimista que saca en teatros cercanos lo mejor de si misma
