Nunca me atrajo ver Los Miserables. Ya había oído que no hablaban nada, sino que todo era cantado, en mi cabeza se alejaba mucho del típico musical de Broadway, la obra duraba tres horas y la temática «franceses pobres» no mejoraba la sensación. Que tuviera tanto éxito no me decía nada. Ya se sabe, millones de moscas… ¡Qué equivocada estaba! A los que la conocen no les descubro nada al decir que qué maravilla de música, de historia, de letras, de situaciones, de personajes. Una historia universal, hecha miles de veces, quizás, y no por ello peor. Disfrutable ya de por si. Pero ya hablando de esta versión en concreto, la puesta en escena es impecable, muy fluída de manera […]