Asistir a Con la Boca Abierta en el Teatro Lara ha sido una experiencia desbordante: música, humor, ritmo… todo en su punto, todo con una calidad artística suprema. Lo mejor de todo es que es un espectáculo verdaderamente apto para todos los públicos — fuimos con un peque de 8 años, y no dejó de reírse en ningún momento; al contrario, se levantaba, reconocía canciones, se reía con el humor, cantaba con las melodías, y aún ahora le oigo tararear en casa.
El grupo Dimensión Vocal, formado por cinco cantantes a capela, ha reinventado el género con algo que podríamos llamar “a capela + plus”: beatbox, armonía, melodía, y una energía teatral que convierte cada canción en un espectáculo en movimiento. Hay un dominio técnico impresionante: desde los tonos bajos, densos y contundentes, hasta las notas agudas y melodiosas que acarician el oído, pasando por la riqueza de los arreglos vocales y la sincronía perfecta.
En concreto, Aser se lleva todos los aplausos cuando agarra el micrófono: su beatbox es un auténtico portento. No es solo acompañamiento rítmico, es base, motor, latido del espectáculo, capaz de generar silencios tensos, explosiones de groove, pausas que fluyen. Luego, Guzmán aporta la solidez de los graves: esos tonos bajos que sustentan toda la estructura sonora, que te hacen sentir el pulso, la base de todo lo demás. Y por la parte alta, Luis Alonso, Julio y León (los tres juntos) son magia pura en melodía y armonía: crean espacios vocales hermosos, momentos de emoción y belleza, voces que se entrelazan, que suben, que adornan.
La puesta en escena acompaña perfectamente: iluminación, escenografía moderada pero eficaz, coreografías ligeras que no distraen sino que suman, humor inteligente, guiños al público, participación, complicidad. Lo que más impresiona es cómo sin instrumentos, solo con la voz y el cuerpo, consiguen tanta variedad, tanto color, tanta emoción. Y eso que el repertorio va desde motetes renacentistas hasta los éxitos más modernos, cruzando épocas, géneros y gustos — lo que permite que tanto niños como adultos estemos enganchados todo el rato.
Imprescindible, ya van por su quinta temporada. No dejéis de ir al Teatro Lara.