Vuelven al Teatro de la Abadía dos entremeses de Cervantes: La guarda cuidadosa y El rufián viudo llamado Trampagos. Dichos entremeses, que en el siglo XVII se concebían simplemente para entretener entre la primera y segunda jornada de las comedias del teatro clásico español en tono principalmente satírico a la par que mordaz. La obra de Miguel de Cervantes en este género extraída de sus ‘Ocho comedias, ocho entremeses nuevos, nunca representados’ destaca principalmente por su valor escénico.
En pleno Siglo de Oro, la acción tiene lugar entre las tinieblas de las calles de la capital en una puesta en escena austera pero perfectamente adaptada a las circunstancias que exigen los entremeses. El hilo conductor que recorre el relato armado por Ernesto Arias es, sin lugar a dudas, la música y coreografía en manos de Eduardo Aguirre de Cárcer y Javier García, respectivamente. Los sonidos castizos de la pandereta, la guitarra, el tambor y las castañuelas acompañados de las voces del elenco, perfectamente armonizado, nos transportan hacia nuestros orígenes castellanos que incluso rezuman actualidad.
Aun en tiempos tan remotos, la crítica social se adueña del escenario reivindicando el libre albedrío tanto de hombres como de mujeres, por muy sorprendente que parezca.
Sin duda, estas piezas teatrales son más contemporáneas de lo que podríamos imaginar a la par que merecedoras de una recuperación a la altura como en este caso.