Siempre es una maravilla sentarse en un patio de butacas y dejarse sorprender. Ya sea por la historia, por cómo se cuenta, por el talento del artista… hay múltiples factores, el caso es sentirse atrapado por el espectáculo y la emoción que desprenda. En este caso Julián Fontalvo, a quien le precede una extensa carrera musical y “musicalera”, se planta encima del escenario ¿en solitario? ¡Qué va! Acompañado por un buen puñado de personajes que van saliendo a borbotones de su garganta. Freddy Mercury, Celia Cruz, Tina Turner, Edith Piaf, Michael Jackson, son solo un pequeñísimo ejemplo de todas las voces, cerca de 70, que habitan dentro de este artista que hace alarde de un portentoso registro vocal a pecho descubierto.
Un espectáculo que como su nombre indica, El Imitador, ya sabemos de qué va en cuanto entramos en la sala, pero que además nos tiene preparado un detalle, y es que lo hila con una historia final, sencilla, pero efectiva y emotiva, que da sentido a ese derroche musical.
Hay momentos magistrales como el ‘We are the world’ o la traca final que dejan al público boquiabierto, y en su conjunto te hace pasar unos fantásticos 80 minutos. Un espectáculo divertido, con muy buen ritmo y que despierta las ganas de recuperar esas canciones que conforman la banda sonora de nuestras vidas.