Abordaje de metateatralidad lorquiana

El sueño de la vida

El sueño de la vida
13/01/2019

Minuto 0, esperas a que la función empiece, no sabes muy bien qué te vas a encontrar en el escenario del Teatro Español. Vuelves a leer el argumento del flyer que has cogido al entrar, no sabes por donde te saldrán; tienes los 5 sentidos abiertos, incluso el sexto, el de la mente, dispuestos a cualquier cosa. Minuto 1, se rompe todo y «todo» implica la cuarta pared con el público. Lorenzo, el supuesto director de la compañía, dialoga con los asistentes presentes. Es en ese momento cuando la convicción con los espectadores y la metateatralidad empieza a sacar el hocico de la mano de Nacho Sánchez. El actor sigue las palabras que Lorca escribió en su momento y que, juntamente con la dramaturgia de Alberto Conejero, presentan una hora y cuarenta de una representación que va más allá de la ficción. Eso si, sin perder el rumbo y su principal objetivo de hacer sentir al público un pensamiento constante de preguntarse sobre la vida y la existencia del teatro.
Aunque al principio puedas sentirte un poco fuera de juego, fácilmente te metes dentro y entras a formar parte de la batalla teatral que se representa. La introspección por parte del público es tal, que hay veces que, sin darte cuenta, olvidas que estás viendo un ensayo de una compañía y lo ves todo como si fuera ficción y no metaficción, es decir que te están representando una historia de la época.
Un elenco donde cada pieza es imprescindible acentuando el magnífico rol que emprenden Nacho Sánchez y Emma Vilarasau que brillan sobre el escenario y que proponen una lucha de clases enlazada con el amor. Creo que la ensalada no sería perfecta sin los hilos de música en directo con un piano y una caja que pasan desapercibidos pero necesarios, armonizando una propuesta con una escenografía acertadamente nada opulenta que ayuda al espectador a formar parte de TODO; con momentos cómicos pero también de reflexión que conmoverán a más de uno.

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