Tres personajes inolvidables

En tierra extraña. El musical

10/05/2023

Los encuentros improbables entre personajes reales y famosos es una práctica teatral más utilizada de lo que nos podamos imaginar. Ya hace unos años, Kemp Powers reunió a Cassius Clay, Jim Brown, Sam Cooke y Malcolm X en una misma habitación (Una noche a Miami) y no hace mucho, Carles Batlle juntaba a Marilyn Monroe con Hedy Lamarr (Monroe-Lamarr). Los ejemplos son numerosos, y ahora sumamos esta “reunión de trabajo” entre el poeta y letrista de coplas Rafael de León, el escritor Federico García Lorca y la cantante Concha Piquer en el verano de 1936, un mes antes del asesinato del autor granadino. Un encuentro que nunca sucedió, pero que sirve para poner sobre escena tres personalidades muy marcadas, dando pie a que hablen de anécdotas, aventuras profesionales e inquietudes vitales y políticas. De hecho, todo sucede en un teatro madrileño mientras fuera, en la calle, la tensión social va en aumento.

El texto de Juan Carlos Rubio está muy bien ligado y nos ofrece un retrato de personajes muy eficaz. Las fuertes personalidades de Lorca y Piquer –más similares de lo que uno puede pensar a priori- contrastan con el carácter más conciliador y optimista de León, que tampoco pierde ocasión para soltar frases ocurrentes cargadas de humor e ironía. En realidad, el texto es el primero de una trilogía musical que seguirá con El novio de España, donde se explicará la relación entre Luís Mariano y Carmen Sevilla en la década de los cincuenta. La tercera obra, todavía para confirmar, sucederá en los setenta justo con la muerte de Franco y la entrada a la transición.

Además de un texto ágil e interesante, la representación se nutre de las mejores coplas del gran Rafael de León, o mejor dicho de las mejores de todas las épocas: Tatuaje, Ojos verdes, Romance de la otra, En tierra extraña, Y sin embargo té quiero… Y si encima salen de la afinada y cristallina voz de Diana Navarro, mejor que mejor. De hecho, ella es la gran sorpresa de la función, porque además de cantar la vemos actuar con una solvencia y una seguridad nada propias de una debutante. Se pone en la piel de un personaje tan contradictorio y complicado como el de Concha Piquer, y el resultado es tan brillante como el de sus compañeros de viaje. Alejandro Vera nos lleva a un Lorca chulesco y juguetón, pero débil en el amor y los sentimientos, mientras que Avelino Piedad hace que nos enamoremos de un Rafael de León tan humano como entrañable.

Estamos, pues, ante el retrato de unos personajes inolvidables, pero también delante de una época convulsa que cambió la historia de España. Un espectáculo que no esperaba y que me deja con ganas de seguir viendo las dos partes que faltan de la trilogía. No os lo perdáis.

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