Un nuevo plantel de intérpretes

Fama, el musical

01/12/2021

Primero fue la película de Alan Parker (1980), dos años más tarde la famosa serie de televisión, y ya hacia finales de la década de los ochenta llegaría la versión musical de Steve Margoshes y Jacques Levy. De todas las versiones, quizás la teatral es la más floja. Le cuesta presentar los personajes, y pierde todo el primer acto apuntando temas pero sin aportar ningún conflicto dramático de interés. Lo deja todo para la segunda parte, que acaba acumulando una serie de tramas que no pueden desarrollarse bien y que dejan la sensación de ser una excusa para rellenar los números musicales. Ya se hizo una adaptación de esta obra en el 2004, con dirección de Ramón Ribalta y coreografía de Coco Comín. Una versión que se vio en el Teatro Calderón de Madrid.

Ahora es Comín la que coge las riendas del espectáculo, que sirve nuevamente para presentar un plantel de jóvenes y prometedores intérpretes de musical. De hecho, esta es quizás la parte más interesante de un montaje que dedica mucho tiempo a las coreografías y a las escenas de conjunto. En este sentido, hay que aplaudir el mérito de subir al escenario casi a una treintena de actores. Podemos decir que el esfuerzo de todos ellos es notable, especialmente en la parte bailada… También destacan vocalmente, en momentos muy determinados, Betty Akna (Señorita Sherman), Meritxell Valencia (Señorita Bell) y Dianne Jacobs (Serena Katz).

En la función a la que asistí, que formaba parte del largo periodo de previas, se notaron varios problemas técnicos… especialmente de sonido. Seguro que a estas alturas son temas ya resueltos, pero desgraciadamente enturbian un trabajo de conjunto que con el tiempo puede llegar a ser bastante competitivo. Y es que ya se sabe, «la fama cuesta, y aquí es donde empezaréis a pagar… con sudor».

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