Siempre digo que me cuesta ver adaptaciones de obras de Lorca, porque en muchas ocasiones no se acaba de encontrar el tono -nada fácil, por cierto- del poeta andaluz.
En esta pieza de teatro documental que ha ideado el mallorquí Pep Tosar sí que he encontrado espíritu, y duende, y sentimiento, y otras muchas cosas que nos acercan al autor. No sé si será por los testimonios, por las imágenes proyectadas, por los textos escogidos o por el flamenco que atraviesa la pantalla… Todo ello forma una unidad que nos permite pasear por la vida de uno de los más grandes dramaturgos en lengua castellana.
A medida que avanza el espectáculo nos rendimos a su simpatía y nos animamos con su entusiasmo, sin olvidarnos de la excelencia de su teatro, de su poesía… y de su forma de entender el mundo. Tosar y el bailarín José Maldonado se desdoblan en la voz y en la expresión del personaje, acompañados al cante por Mariola Membrives, a la guitarra por Rycardo Moreno y a la percusión por David Domínguez. En definitiva, un montaje que entusiasmará a los más lorquianos y que sorprenderá por su emotividad y su aparente sencillez.