No daba crédito. Cuando Javier Ballesteros comienza la obra y, buscando la complicidad del público, salieron varias carcajadas. Entre ellas la mía. ¿Pero esto no era una tragedia?
Fernanda Orazi dirige esta versión original de Sófocles desde una perspectiva única, diferente e innovadora. Trabaja con una dinámica que recuerda a un entrenamiento actoral en escena en el que, 4 actores conjugados con dosis de parodia tragicómica, nos acercan a una Electra poco habitual. Orazi sabe dominar el espacio con un movimiento continuo que hace que el espectador no pierda el hilo. Un ritmo reiterante a veces para potenciar la musicalidad, que te embriaga. Un único elemento escénico acompaña y nutre la historia, porque el foco está en los actores, en su presencia intermitente, en su tono, en esa contemporaneidad que se destila de esta obra clásica. Esa mezcla explosiva que atrae.
Esta versión se acerca al corazón de los personajes y sabe potenciar su lado más emocional, embaucando al espectador.
Una interpretación fascinante por parte de todo el elenco pero me gustaría destacar a Javier Ballesteros, que desde la pausa, la calma y la seguridad escénica sabe conducir no solo a Orestes, a Electra o a la mismísima reina sino al espectador, llevándole a su terreno.
Como un rayo que aparece en el cielo y desgarra la calma, esta versión de Electra te electrificará.