Fiesta en la granja es un espectáculo infantil muy cuidado.
Las canciones son, musicalmente, muy interesantes (no son machaconas, no son conocidas [a menos que sigas a Beti Alai, la compañía, en YouTube o en Spotify]), suenan bien y están trabajadas. La historia es sencilla pero no simple: realmente cuenta algo con valores, y lo hace con un lenguaje fácil para la infancia. La escenografía es bonita y efectista. La dirección es impecable. La iluminación es precisa. Y los niños disfrutan en el teatro, con unos actores que trabajan, se entregan y se lo pasan en grande interactuando con los peques.
Ver las caritas de sorpresa y de emoción y escuchar las risas infantiles es precioso. Pero ver cómo los adultos también disfrutamos es un goce. Es una suerte que exista esta compañía. Es una suerte ver teatro infantil tan cuidado.