Atrás quedaron esas noches de verano... La vuelta al cole de los musicales ha llegado y tenía que inaugurarse con un buen baile. ¿Y qué mejor que darlo todo con las canciones de Grease? Un musical mítico, con 53 años de vida, pero que late más juvenil que nunca. Y es que, precisamente, lo que más llama la atención cuando se abre el telón es la edad media del elenco. ¿Sabéis esas señoras mayores que desconfían de médicos demasiado jóvenes? Pues, un poco eso fue lo que nos pasó. Prejuicios lo llaman… Aunque, si nos paramos a pensar fríamente, lo que realmente debería sorprendernos es que Olivia Newton John con 29 años y John Travolta con 23, dieran vida a estos alumnos de instituto.
Así que, efectivamente, estos actores de diecimuchos/veintipocos, nos callaron la boca y no decepcionaron, regalándonos los números musicales de siempre con una frescura diferente. Vimos a una Sandy con una voz sumamente dulce y aterciopelada que encandiló a todo el patio de butacas y a un Danny Zuko bien de gomina y de chulería, pero con su puntito divertido. Mención especial la merece Adrián Lastra que, aunque aún se está recuperando del accidente en moto que sufrió en agosto, ha demostrado ser un valiente y tirar de bastón para interpretar al mejor maestro de ceremonias.
Aunque la historia, vista a través de los anteojos del presente es una red flag detrás de otra, no podemos evitar sentirnos en casa cada vez que suenan sus acordes. Por eso, siempre es un acierto que Grease vuelva a la cartelera. Y más cuando se innova y el Teatro Apolo se convierte en el Rydell High School para que puedas hacerte fotos con la chupa de cuero, la chaqueta de las Pink Ladies o con el famoso coche Greased Lightning.
Una experiencia casi casi inmersiva que te hará bailar, cantar y sentirte protagonista de esa película que ya es historia, presente y futuro del cine musical.