¡Qué suerte! Qué suerte que aún queden obras que aludan a estas temáticas y pongan palabras a lo importante.
Cada curso aumenta la cifra de casos de acoso escolar. Quiero creer que es porque el asunto se hace más visible año tras año y deja de ser «cosas de críos», siendo mayor el número de personas que lo denuncian. Quiero creer que obras como Here comes your man hacen más visible esta problemática. Quiero creer que en algún momento dejaremos de necesitar hablar sobre ello porque deje de existir. Por el momento, gracias a las personas que se atreven a interpretarlo y a ponerse en la piel de aquellas que lo sufren.
Seré breve:
-El texto y las complejidades de cada personaje están pensadas al milímetro y algún que otro giro argumental (no quiero hacer spoiler a nadie) no dejan de sorprenderte.
-La dirección de Jordi Cadellans es de 100 sobre 10. Consigue que el movimiento en escena y las intenciones sean impecables y precisas.
-Las interpretaciones de Marc Ribera y Sergi Cervera son también de 100 sobre 10. No hubo ni un momento durante toda la función en el que la energía teatral bajara. Tanto fue así que yo, que soy una llorona, rompí en lágrimas cuando salieron a saludar porque antes sólo acumulé sensaciones.
-La escenografía es sencilla y bien resuelta. El uso de las luces sobre las camas o la utilización del «falso» espejo son recursos teatrales que siempre funcionan.
No puedo dejar de recomendarla y de sugerir que os toméis un rato tras la función para pelar todas las capas de la cebolla que se nos presentan en el escenario. Son muchas más que las que se pueden ver a simple vista. Ojalá pronto dejemos de necesitar este tipo de obras, mientras tanto, disfrutemos de este gran trabajo.