¿Truco o magia? No lo sé… pero lo de Houdini, el musical es simplemente espectacular. Lo que hace Pablo Puyol sobre el escenario es de otro nivel: canta, baila, actúa y, además, hace magia de verdad. Juega con la ilusión de una forma tan elegante y precisa que te deja con la boca abierta desde el primer minuto.
No es un musical al uso, es una experiencia total. Desde el momento en que se apagan las luces, te atrapa en un universo donde todo parece posible. La escenografía, los efectos, la música en directo… todo está cuidado al detalle para que sientas que estás dentro del último gran número de Houdini.
Pablo Puyol se entrega por completo al personaje: canta colgado boca abajo, se libera de cadenas y a la vez consigue emocionar con una historia humana, intensa y llena de fuerza. Es un artista en mayúsculas.
Si te gustan los musicales, la magia o simplemente dejarte sorprender, no te lo pienses. Houdini, el musical no se parece a nada que hayas visto. Es una función que demuestra que el teatro todavía puede hacer magia, de la de verdad.
No puedo acabar sin destacar el papel de la Muerte: impresionante y sublime, tan magnético que roba el foco cada vez que pisa el escenario. No da miedo, deslumbra. Cada una de sus apariciones llena la escena de vida y energía.
