¡Qué sorpresa de obra! ¡Qué lección de interpretación en todos los sentidos!
Estos 4 actores te llevan de la mano a una clase de teatro de aficionados, sin ningún artificio, sin grandes alardes técnicos de escenografía, pero con una fluidez en las transiciones, un humor a veces sutil y a veces típico y tópico (pero siempre elegante), un carácter maravilloso y una ternura que llega a tocar a todo el público
Con cambiar tan sólo un complemento, dos de los actores llenan el escenario dando vida a 12 personajes diferentes, demostrando una capacidad espectacular para transformarse y cambiar radicalmente de un personaje a otro, y habiendo que el público visualice en todo momento a 12 alumnos, cada uno con su historia, su pasado, su carácter y su ilusión, que el destino o la casualidad hace juntarse en esta clase liderada con gran maestría, humor, disciplina, técnica y cariño por un profesor de teatro que acaba siendo casi un terapeuta de grupo.
Fui con mi hijo de 14 años y salimos los dos fascinados con la obra. Enviamos nuestra felicitación y nuestro aplauso desde aquí para ellos.
El Teatro Alfil además es un escenario maravilloso para este tipo de obra, ya que es muy acogedor y la disposición del público en mesas y butacas, con los actores caminando entre las sillas te envuelve de manera especial para disfrutar de la escena casi como si fueses un actor más.
La única pega es que sólo podamos disfrutar de una función cada mes. No os la perdáis.