La sala llena, una escenografía llena de puertas para todo el festival de personajes que más tarde entrarán y desaparecerán de la Historia. Un gran cuadro de Paquita, gran eje de la representación. Y proyectado sobre una de las paredes: «Desde que comenzó el proceso de creación de esta obra de teatro la pregunta más formulada a la autora es: ¿por qué sacas a Fraga de la tumba?» Desde luego Ester F. Carrodeguas sabe muy bien el por qué y nos lo demuestra con una dramaturgia nada fácil e increíblemente tejida de diferentes datos históricos, para conocer el contexto, comicidad, discursos, escenas demasiado absurdas para ser reales (que probablemente lo fueron). Todo el panorama político de un país puesto en escena en 3 horas que se pasan volando.
El elenco juega constantemente con un sin fin de personajes, es divertido, es ágil, con una energía arrolladora. Formado por 5 intérpretes saltando de una escena a otra a un ritmo vertiginoso que no se cae en ningún momento, todo un desfile de versatilidad, técnica y diversión que lleva a cabo con absoluta facilidad. La dirección de Xavier Castañeira ha sabido muy bien llevar a escena toda esta explosión de juego y teatro documento. Una retrospectiva de la política española no tan lejana a este momento. Iribarne debería formar parte del currículum educativo de Historia de España, vayan a verla para conocer-nos.