Si creías haberlo visto todo sobre el arte de la ventriloquía, Jaime Figueroa ha venido a demostrar que realmente te queda todo por descubrir. El ventrílocuo es un espectáculo maravillosamente sorprendente con el que disfrutar de un artista rebosante de talento y carisma y, lo que es más, una oportunidad única para descubrir la auténtica belleza y exigencia de quienes se dedican a la ventriloquia en el sentido estricto de la palabra.
Desde antes del comienzo del espectáculo Jaime te atrapa generando una conexión muy especial y constante con el público a quien mantiene activo y partícipe de todo lo que pasa en el escenario. Con un hilo argumental ingenioso y la mezcla fantástica de elementos como la música en directo, la magia y el humor El ventrílocuo es, ante todo, un ejercicio sobresaliente de talento y técnica; una muestra de cómo hacer brillar un don propio e inusual de forma magistral.
Jaime domina la técnica de la ventriloquía a la perfección y la potencia con un amplio y magnífico registro vocal que es sencillamente fascinante. No solo proyecta a la perfección, sino que canta muy bien y demuestra cómo es capaz de hacerlo en distintos tonos desde la ventriloquía y sin perder la entonación en ningún momento. Pero esto no es todo, a su talento nato se suma su destreza interpretativa muy marcada por la corporalidad. El trabajo gestual que acompaña y suma a su ejercicio de proyección vocal le convierte en un gran intérprete con excelente dominio de la comicidad.
El ventrilocuo es un espectáculo muy divertido y maravillosamente ejecutado con un ritmo ágil que te mantiene conectado al disfrute de principio a fin. Una función que no deja indiferente y que te hace salir de la sala con la certeza de que nunca antes habías visto nada igual. Una propuesta diferente, genuina y brillante con la que sentirse absolutamente maravillado porque Jaime Figueroa es capaz de transmitirlo todo sin mover prácticamente ni un solo músculo de su rostro. Es imposible no rendirse ante este fuera de serie, ya que es clínicamente genial.